Tuesday, March 10, 2009

Los riesgos de las redes sociales abren nuevos negocios para los desarrolladores argentinos

La falta de privacidad abre nuevas oportunidades para desarrolladores de software que proveen servicios de redes sociales privadas a organizaciones que deben mantener relaciones con un gran número de personas en forma periódica

Los riesgos de las redes sociales abren nuevos negocios para los desarrolladores argentinos

Las redes sociales protagonizan desde hace algo más de un año el crecimiento más vertiginoso entre las aplicaciones y servicios disponibles en Internet. Por ejemplo, sólo en América latina, en el último año el uso de estos espacios de comunicación, como Facebook, MySpace o LinkedIn, creció un 121 por ciento, según una encuesta que Microsoft le encargó a la consultora Tendencias Digitales en la región.

Sin embargo, la participación en estas redes no esta exenta de riesgos, como los robos de identidad. O la averiguación de antecedentes o conductas por parte de los actuales o posibles empleadores de algún usuario. Puede leer más sobre estos temas en la nota relacionada al final.

Esta falta de privacidad abre nuevas oportunidades de negocio para desarrolladores de software que proveen servicios de redes sociales privadas a organizaciones que deben mantener relaciones con un gran número de personas en forma periódica.

La empresa de servicios informáticos argentina Syncromind observó esta posibilidad y salió a ofrecer una red social privada en empresas y organizaciones educativas y profesionales. Entre otros clientes, ya la aplican la Universidad San Andrés, la Universidad Torcuato Di Tella, el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).

Riesgos abiertos
En las redes sociales como MySpace o Facebook, aún los usuarios más cuidadosos pueden entregar información personal a extraños sin que se den cuenta, al bajar e instalar una aplicación diseñada por terceros y que incluyen juegos, competencias, concursos de conocimientos y regalos virtuales.

Las personas que ingresan a estas redes piensan que esa información, que considera privada, pueden verla solo los amigos o grupos específicos.

En Facebook, por ejemplo, las aplicaciones solo pueden ser bajadas si el usuario hace clic en un recuadro que autoriza a los programadores de esa aplicación “saber quien soy y acceso a mi información”. En otras palabras, tienen acceso a todo, menos a la información de cómo contactar al usuario.

¿Qué hacen los programadores con la información? A veces la usan para poner en contacto a usuarios con intereses parecidos. Otras, para difundir publicidad orientada a sectores específicos, tomando en cuenta cosas como la edad y el género.

Facebook y MySpace aseguran que son muy estrictos con los programadores y que se desvinculan de ellos si no cumplen con sus requisitos. Añaden que hay cierta información, como dirección de Internet y teléfonos, que no suministran a nadie.

Sin embargo, hay demasiada información personal dando vueltas, y pocas garantías de que está bien resguardada.

Parte del peligro es que las aplicaciones de Facebook son creadas por cualquiera, desde compañías establecidas hasta individuos que saben diseñar programas.

Correo basura
El auge de las redes sociales también dio lugar para que los productores de “spam” aprovechen estas vías para propagar o crear estos mensajes o correos indeseados, según advirtió la compañía desarrolladora de filtros anti-spam SPAMfighter.

Esta empresa explica que muchos de los perfiles utilizados son falsos y “casi siempre se utilizan para enviar e-mails con contenido no solicitado y 'phishing' -estafa para obtener información confidencial- a falsos amigos”.

Así, la mayoría incluyen enlaces a lugares infectados con virus u otras formas de código sospechoso. Según señala la compañía, se calcula que hasta un 40 por ciento de los nuevos perfiles en Facebook son falsos.

Manejo cerrado
Fernando Scheps, manager de producto de Syncrominds, explicó a Infobaeprofesional.com que la compañía trabaja desde hace cuatro años en la aplicación, denominada Netlazos, por la cual abren una red social privada que se implementa en cada organización en forma independiente y personalizada.

La plataforma provee herramientas de comunicación, colaboración y participación a los miembros de una comunidad de personas a través de un sistema controlado y administrado por la misma organización.

El ejecutivo admitió que las entidades que pueden sacar provecho de este desarrollo deben tener unas 500 personas participantes.

¿Cuál es la diferencia entre este desarrollo argentino que ya se ofrece en otros países, como México y Colombia y Uruguay? “Permite el control de todos los datos de los usuarios registrados. Es implementado en forma individual para cada organización y se personaliza visual y funcionalmente”, aseguró Scheps.

La privacidad y confidencialidad de los datos, que quedan únicamente en manos de la organización, es otra de las diferencias con las redes públicas y otros sistemas que se financian de la explotación de las bases de datos.

¿Quién tiene el control de los datos de los usuarios? “La organización es la única con acceso a los datos independientemente del esquema de hosting seleccionado, respetando la privacidad y confidencialidad de los datos”, aseguró el ejecutivo.

Netlazos brinda acceso directo a la base de datos, lo que permite la integración con otros sistemas de la organización y la posibilidad de conocer más detalles de cada miembro.

Colegios, universidades, fundaciones, y empresas son el objetivo de este desarrollo. El sistema resuelve un problema recurrente en todas estas organizaciones: mantener actualizados los datos de sus miembros, generar sentido de pertenencia y fomentar la comunicación entre ellos y con la entidad.

Entre los beneficios que se obtienen se encuentran la actualización de los datos personales de los participantes. La herramienta permite que los miembros de la entidad se contacten entre sí activando sus redes de relaciones y fomenta la participación y colaboración sobre diferentes temas a través de foros/blogs que se pueden crear.

Dentro del sistema se administran búsquedas laborales permitiendo invitar a empresas para que se registren y carguen sus búsquedas. Estas son mostradas a los usuarios por orden de relevancia de acuerdo a su perfil (matching).

La organización también puede crear eventos en la plataforma y enviar una invitación a los grupos de usuarios permitiendo que éstos se inscriban online. Para fomentar su uso, el sistema cuenta con herramientas sociales como recordatorios de cumpleaños, avisos de nacimientos, aniversarios, casamientos, entre otros.

También se ofrece una cartelera de clasificados que es posible implementar debido a la relación de confianza que se crea entre los miembros de la red. En esta cartelera los usuarios pueden publicar artículos u objetos que quieran vender. “En algunas implementaciones se han vendido desde autos hasta casas y terrenos”, destacó Scheps.

Para tener un mejor control de lo que sucede en la red, la organización cuenta con diversos tipos de estadísticas. El sistema incluye un sistema de envío de newsletters y reportes que le permite a la organización mantener un contacto frecuente con los miembros de la comunidad, enviándoles correos personalizados a cada uno con, por ejemplo, las búsquedas laborales que mejor se adaptan a su perfil para fomentar el re-ingreso al sistema o bien con noticias e invitaciones a eventos.

El proceso de personalización (que incluye la adaptación funcional y gráfica del sistema, desarrollado en el entorno .Net de Microsoft y la base de datos SQL, según las preferencias de cada organización) demora entre 30 y 45 días, quizás aquí el punto débil de este desarrollo frente a la rapidez con que se puede implementar un espacio interno dentro de LinkedIn o Facebook. Cuesta mil pesos por mes hasta redes de 1.500 usuarios.

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